El libro tiene lugar en Wisconsin y comienza con Macallan, una niña de once años a la que no le gustan las vacaciones y que acaba de perder a su madre. Al entrar a clases, le encargan hacer de guía del niño nuevo de la escuela: Levi, quien se acaba de mudar desde California.
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Macallan al inicio es muy cortante y seca con él, no está nada interesada en establecer ningún tipo de conexión, pero se da cuenta de que Levi tiene miedo de estar solo y nuevo en el lugar, y a la hora del almuerzo lo ve solito y siente pena por el, asi que lo invita a sentarse con ella y sus amigas. Mientras comen, descubren que ambos son fans de Bill y Floyd, una serie británica que nadie más ve, y empiezan a fangirlear de ella locamente, y como sabemos bien nosotros que pertenecemos a fandoms así de apasionados, no hay mejor manera de empezar una amistad. (a lo largo del libro los vemos haciendo referencias a la serie y eso fue genial, me recordó mucho a mi obsesión con Doctor Who, que en mi caso la comparto con mi papá).
De ahí en adelante, Macalla y Levi son inseparables, y podemos verlos crecer juntos, emocional y físicamente, van pasando por todos los cambios de la adolescencia, y eso fue increíble.
En éste libro lo más importante es la amistad de Levi y Macallan, la cual es de las amistades más puras, dulces y tiernas de las que te puedes encontrar jamás.
Siempre están ahí el uno para el otro, se conocen mejor que nadie más lo hace y todo el mundo siempre piensa que son pareja y ellos tienen que estar aclarando que solo son amigos y no hay nada mas, y muchas veces no les creen.
Otra de las cosas que toca bastante el libro es el tema de la familia. Macallan cuenta con una pequeña pero amorosa familia que pronto extiende al recibir a Levi y a sus padres con los brazos abiertos. No solo se vuelve cercana a Levi, sino a sus padres, a su madre, en quien encuentra esa figura materna que Macallan tanto necesita.
Acabo de decir que nunca se me hizo lenta, y de la misma manera, tampoco me pareció apresurada. La historia no ocurre en un mes ni en un año, sino en alrededor de 5 años, y por esto creo que era muy fácil que la hubieran apurado y se hubiera sentido demasiado rápida. Pero no. Creo que el ritmo que Elizabeth le dio fue el indicado.
Tiene su buen toque de drama, pero sin exagerar con ella, que es justo como me gusta.
Está contado del punto de vista de ambos, lo que siempre te da una perspectiva más amplia de todo.
El final, cómo casi todos los romances contemporáneos, pudo haber sido más largo. Me falto al menos un epilogo. Pero a pesar de eso, me gustaron mucho las palabras y el mensaje con el que terminó.
Nunca había leído una historia de amigos y enamorados que me pareciera tan real y hermosa como esta.
Don't Forget To Be Awesome!
#ALEIGHTY
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